El bruxismo se define como “acto involuntario de rechinar o apretar los dientes, puede tener un impacto significativo en la salud dental y general de una persona”.
Comprender las causas del bruxismo es el primer paso para abordar este problema común.
Una de las causas más comunes del bruxismo es el estrés y la ansiedad. Las preocupaciones diarias, el ambiente laboral, problemas personales o la gestión emocional pueden llevar a una actividad excesiva de los músculos de la mandíbula.
Esto puede provocar que la persona rechine o apriete los dientes inconscientemente, especialmente durante el descanso
La irregularidad en la fisionomía dental (dientes superiores e inferiores) y cómo estos no encajan entre sí, puede ser otra causa del bruxismo.
Algunas personas desarrollan hábitos y costumbres no aconsejables, como morderse las uñas o masticar chicle en exceso. Estos hábitos adquiridos pueden provocar una presión innecesaria en dientes y maxilar, lo que hace que pueda ser considerada como causa del bruxismo.
De la misma manera, la nocturnidad en cuanto a interacción social ha hecho que la ingesta de bebidas alcohólicas y la cafeína antes justo antes de conciliar el sueño, pueda ser el desencadenante del bruxismo en parte de la población afectada.
Estas bebidas pueden afectar el sistema nervioso y aumentar la probabilidad de apretar o rechinar los dientes involuntariamente.
Conviene recordar que la apnea del sueño puede tener relación con el bruxismo.
Una polisomnografía puede descartar o confirmar trastornos y disfunciones relacionados con el bruxismo mediante un estudio de la actividad muscular durante el sueño. La pregunta no es cuánto descansamos, sino cómo.
Por otro lado, algunos medicamentos, como los antidepresivos y/o ansiolíticos, pueden tener efectos secundarios que incluyen el bruxismo.
Si has establecido una relación directa entre la ingesta de un medicamento y un posterior dolor maxilar o dental, quizás convenga consultar a un profesional para su diagnóstico.
Como hemos visto, el tratamiento puede incluir el uso de protectores bucales, terapia para controlar el estrés, o ajustes en la oclusión dental.
Ser conscientes de las causas que subyacen entorno al bruxismo es fundamental para mantener una sonrisa sana y prevenir complicaciones a medio plazo.